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La startup de Elon Musk, Neuralink, ha comenzado a reclutar personas para su primer ensayo clínico en humanos. El objetivo de la compañía es conectar el cerebro humano a las computadoras y quiere probar su tecnología en personas con parálisis.
Para llevar a cabo este proyecto innovador, se utilizará un robot para implantar una Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) que permitirá a las personas controlar un cursor de computadora o escribir solo con sus pensamientos.
Sin embargo, ya existen empresas competidoras que han implantado dispositivos de BCI en seres humanos.
Neuralink obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en mayo, un hito crítico después de enfrentar dificultades previas para obtener la aprobación. La aprobación de la FDA representó "un importante primer paso que, en el futuro, permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas", según Neuralink.
La compañía había solicitado la aprobación para implantar sus dispositivos en 10 personas, aunque no se conoce la cantidad final de participantes.
En el inicio de un estudio de seis años, se utilizará un robot para colocar quirúrgicamente 64 hilos flexibles, más delgados que un cabello humano, en una parte del cerebro que controla la "intención de movimiento", según la compañía. Estos hilos permitirán que el implante experimental N1 de Neuralink, alimentado por una batería que se puede cargar de forma inalámbrica, registre y transmita las señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica cómo la persona tiene la intención de moverse.
La compañía ha establecido que las personas pueden calificar para el ensayo si tienen cuadriplejia debido a una lesión o esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad en la que las células nerviosas de la médula espinal y el cerebro degeneran.
A pesar de que la participación de Musk eleva el perfil de Neuralink, enfrenta la competencia de empresas rivales, algunas con un historial que se remonta casi dos décadas. Blackrock Neurotech, con sede en Utah, implantó su primer BCI en 2004.
Precision Neuroscience, fundada por un cofundador de Neuralink, también tiene como objetivo ayudar a las personas con parálisis. Su implante se asemeja a una fina cinta que se coloca en la superficie del cerebro y se puede implantar mediante una "microincisión craneal", un procedimiento que afirman que es mucho más simple.
Mientras tanto, los dispositivos existentes están generando resultados. En dos estudios científicos recientes en Estados Unidos, se utilizaron implantes para monitorear la actividad cerebral cuando una persona intentaba hablar, lo que luego se decodificaba para ayudar en su comunicación.
El Dr. Adrien Rapeaux, asociado de investigación en el Laboratorio de Interfaces Neurales del Imperial College de Londres, dijo a la BBC que "Neuralink sin duda tiene ventajas en términos de implantación", ya que su procedimiento contaba con asistencia robótica.
Sin embargo, el Dr. Rapeaux, quien también es cofundador de Mintneuro, una startup de implantes neurales, señaló que no está claro si su método para convertir las señales cerebrales en acciones útiles superará al utilizado por Blackrock Neurotech, por ejemplo, y si será capaz de mantenerse preciso y confiable con el tiempo, "un problema conocido en el campo".
Para llevar a cabo este proyecto innovador, se utilizará un robot para implantar una Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) que permitirá a las personas controlar un cursor de computadora o escribir solo con sus pensamientos.
Sin embargo, ya existen empresas competidoras que han implantado dispositivos de BCI en seres humanos.
Neuralink obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en mayo, un hito crítico después de enfrentar dificultades previas para obtener la aprobación. La aprobación de la FDA representó "un importante primer paso que, en el futuro, permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas", según Neuralink.
La compañía había solicitado la aprobación para implantar sus dispositivos en 10 personas, aunque no se conoce la cantidad final de participantes.
En el inicio de un estudio de seis años, se utilizará un robot para colocar quirúrgicamente 64 hilos flexibles, más delgados que un cabello humano, en una parte del cerebro que controla la "intención de movimiento", según la compañía. Estos hilos permitirán que el implante experimental N1 de Neuralink, alimentado por una batería que se puede cargar de forma inalámbrica, registre y transmita las señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica cómo la persona tiene la intención de moverse.
La compañía ha establecido que las personas pueden calificar para el ensayo si tienen cuadriplejia debido a una lesión o esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad en la que las células nerviosas de la médula espinal y el cerebro degeneran.
A pesar de que la participación de Musk eleva el perfil de Neuralink, enfrenta la competencia de empresas rivales, algunas con un historial que se remonta casi dos décadas. Blackrock Neurotech, con sede en Utah, implantó su primer BCI en 2004.
Precision Neuroscience, fundada por un cofundador de Neuralink, también tiene como objetivo ayudar a las personas con parálisis. Su implante se asemeja a una fina cinta que se coloca en la superficie del cerebro y se puede implantar mediante una "microincisión craneal", un procedimiento que afirman que es mucho más simple.
Mientras tanto, los dispositivos existentes están generando resultados. En dos estudios científicos recientes en Estados Unidos, se utilizaron implantes para monitorear la actividad cerebral cuando una persona intentaba hablar, lo que luego se decodificaba para ayudar en su comunicación.
El Dr. Adrien Rapeaux, asociado de investigación en el Laboratorio de Interfaces Neurales del Imperial College de Londres, dijo a la BBC que "Neuralink sin duda tiene ventajas en términos de implantación", ya que su procedimiento contaba con asistencia robótica.
Sin embargo, el Dr. Rapeaux, quien también es cofundador de Mintneuro, una startup de implantes neurales, señaló que no está claro si su método para convertir las señales cerebrales en acciones útiles superará al utilizado por Blackrock Neurotech, por ejemplo, y si será capaz de mantenerse preciso y confiable con el tiempo, "un problema conocido en el campo".